Hoy te quiero traer una mini guía con consejos para que no te desanimes y no decaigas si estás estudiando un idioma: 5 consejos para superar la falta de motivación por aprender un idioma.
Durante mi experiencia como Profesora de idiomas, lo he visto muchísimas veces; alumnos que comienzan súper motivados y centrados en aprender un nuevo idioma y que a los pocos meses tiran la toalla. Otros incluso pasan gran parte de su vida sin decidirse a emprender la aventura de aprender porque, no terminan de verse convencidos de ello. ¡Y qué pena!
Te prometo que me duele cuando veo decaer la motivación de quien un día decidió comenzar y, por eso, hoy quiero compartir contigo 5 consejos para que puedas recuperar (o mantener) la motivación si has decidido aprender un idioma. Quizás estás sufriendo una bajada de motivación y si esta entrada en mi blog te sirve de ayuda, seré súper feliz. Casi tanto como lo serás tú el día que consigas tus objetivos. Mirarás atrás y te alegrarás de no haberte rendido.
Es súper importante tener claro cuál es tu objetivo; progresar académicamente, mejorar tu posición laboral, puro reto personal… Tener un motivo te dará el aliento que se necesita para ir a por todas. No has nacido para rendirte y, aunque las cosas se pongan difíciles a veces, debes seguir caminando hasta que llegues a tu meta.
Personalmente, te recomiendo que concretes tu motivo. Si te decides a empezar a estudiar un idioma por el mero hecho de que siempre has querido hacerlo, sin más, en pocos meses tu motivación habrá caído hasta el subsuelo. Igual que cae la del que se apunta al gimnasio porque quiere adelgazar y se rinde a las dos semanas. En cambio, si -por ejemplo- empiezas a aprender un idioma porque quieres viajar a un lugar en concreto, tener un título específico, hablar con la familia extranjera de tu pareja o cualquier otro ejemplo que se te ocurra, verás que te será mucho más fácil seguir motivado hasta el día en que lo consigas.
Es un hecho que la motivación sube y baja, viene y va. No todos los días vas a tener ganas de ir a clase, de conectarte a tu sesión o de hacer tus deberes. Ahí es donde entra en juego la disciplina. Intenta darte el valor que te mereces y ser fiel a la cita más importante; la que tienes contigo mismo. No te falles. Tendrás que ser disciplinado cuando toque vencer la pereza. No en vano, disciplina es hacer lo que tienes que hacer, cuando no tienes ganas de hacerlo. Es el puente entre los objetivos y los logros. ¿No te sientes capaz de cruzarlo?
La mayoría de las veces, los estudiantes que tiran la toalla son aquellos cuya vocecita interior no para de boicotearles; “no se te dan bien los idiomas”, “esto es muy difícil”, “no sirve para nada”, “yo no entiendo nada”… Y así un sinfín de odiosos mantras que tumbarían al más motivado.
Creéme; tu mente es tu mejor maestra. Haz caso a lo que tú mismo te digas, y te lo aprenderás tan de memoria que al final lo harás realidad. Por ello, ¡prueba a cambiar el chip!
Ya está bien de creer que eres el peor de tu clase, que vas a suspender igualmente o que no se te dan bien los idiomas. Se acabó. Ahora es momento de confiar en tus habilidades; tú puedes. Tú eres capaz.
Cualquier reto se disfruta mucho más cuando el recorrido hasta conseguirlo nos hace divertirnos. Aprender un idioma no es menos.
Intenta encontrar TU MANERA: practica con música, ve series, usa plataformas online, búscate un amigo extranjero con quien intercambiar mails, únete a grupos de conversación con los que poder tomarte unas copichuelas (bueno, o un café)… Disfruta del mero hecho de estar aprendiendo algo nuevo o mejorando una habilidad que ya tienes.
Este es mi consejo favorito. No me refiero a que, por ejemplo, te comas un croissant cada vez que vayas a tu clase de francés (o si, ¿por qué no?), sino a que visualices en qué manera puedes premiarte por el “esfuerzo” de vencer la pereza, de ser disciplinado, de conseguir un objetivo.
Imagínate lo bien que sienta una bebida fresquita después de un duro entrenamiento. Así de bien puede sentarte un finde en París o una escapada a Londres, en las que auto demostrarte todo lo que has aprendido en tus clases de idiomas.
Si no te alcanza el presupuesto para soñar despierto, piensa que pequeñas recompensas hacen emocionantes los grandes avances. Simplemente piensa en qué te puede hacer feliz; una sesión de cine en versión original, una tarde de spa tras hacer el examen de certificación, una cena con tus compañeros de clase al terminar el trimestre…
En conclusión, la motivación no es un proceso lineal. Va a abandonarte algunos días, porque la vida es así. Surgirán problemas, aparecerán planes más apetecibles, estarás agotado o quien sabe cuántas razones más.
Pero debes intentar mantenerte disciplinado para conseguir tu objetivo y disfrutar mientras trabajas por ello porque, al final, lo vas a lograr. Yo confío en ti.
Y si te apetece un cambio de academia, ¡echa un vistazo a nuestra oferta de idiomas! Con nosotros puedes aprender inglés y francés, y tenemos tanto clases presenciales y grupales, como clases particulares y online.
Nuestra premisa en nuestro método de enseñanza de idiomas es que nuestros alumnos «aprendan divirtiéndose». Si quieres unirte a la familia de Meeting Point estaré encantada de verte y de enseñarte mi amor por los idiomas. ¡Te espero!
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